Cuando me gusta una obra tengo la costumbre de leer varias del mismo autor. Con Padres e hijos he decidido acabar, al menos por un tiempo, con mi ciclo Turguénev. ¿Y qué mejor manera de acabar el ciclo que hacerlo con la novela que se considera la mejor del autor ruso?
Curiosamente este trabajo no me ha gustado tanto como otros del autor. A pesar de que reconozco la calidad de la trama, que profundiza en las diferencias entre dos generaciones rusas del siglo XIX, no me ha resultado tan atractiva como la temática de otras de sus obras. Lo más destacado del trabajo son las descripciones de la naturaleza, como siempre magistrales.
Creo que el personaje de Bazárov destaca sobre el resto, este joven tiene mucha importancia en la historia de la literatura, y me atrevería a decir que también en la historia de la filosofía, por ser el primer personaje nihilista que hacía aparición en un libro. Otros personajes completan el elenco: Arkadi, coprotagonista de la obra con muchas similitudes a otros personajes masculinos de la obra del autor, Nikolái, padre de Arkadi, Pavel, tío de Arkadi y antiguo militar de modales refinados, Odintsova, hermosa viuda seguidora de este blog que tiene seis años mas que Arkadi y Bazárov y de la que ambos
muchachos se enamorarán al instante, etc.
En definitiva, un libro recomendable. Creo que ahora mi única asignatura pendiente con Turguénev es Memorias de un cazador.
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