6 de febrero de 2015

Mis lecturas gafapásticas: El temor de un hombre sabio

Cuando acabé El nombre de viento pensé en empezar a leer alguna otra cosa, distinta y alejada del universo de ficción dibujado por Rothfuss en la primera novela de su trilogía del asesino de reyes. Lo cierto es que no sé cómo pero al final terminé descartando la idea y me puse, sin ser consciente de ello, con la lectura del segundo libro.

El tiempo me ha demostrado que hice lo correcto al continuar con la segunda novela. Las sagas se deben leer de un tirón, sin pausas que nos hagan olvidar los detalles relevantes de anteriores entregas. No obstante Rothfuss, que publicó la segunda cuatro años después de la primera, nos introduce de manera tan magistral en el Temor de un hombre sabio que aquellos que leyerais en su día el primer libro os podéis acercar al segundo sin ninguna relectura. Lo mejor es que nos refresca el entorno sin necesidad de hacernos un resumen o repetir cosas, algo que se agradece si tu lectura de El nombre del viento no ha sido reciente.


El volumen del libro, bastante más grande que el primero, no debe intimidaros si habéis disfrutado con la lectura del primero. La extensión es debida a que el autor profundiza más en la tramas que plantéo y abre todavía más incógnitas. El pero que se le puede poner a la obra es que se limita a crear más interrogantes en el lector pero no resuelve ni uno solo de los ya planteados. Cuando pasas la última página se han creado varios hilos argumentales que dan pie a muchas teorías sobre el futuro de los personajes y las tramas, pero sabes pocas cosas con certeza.

Parece que si el escritor norteamericano quiere concluir bien la trilogía el tercer libro tendrá una extensión enorme. De momento se está dedicando a revisarlo porque según parece lleva años escrito. Lo que me pregunto es si necesita tanto tiempo para pulir el manuscrito o si es sólo una maniobra comercial con la intención de lanzar el libro en el momento adecuado.

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