3 de diciembre de 2017

Mis lecturas gafapásticas: Días felices en Argüelles

Me encantan esos cafés donde entre la barra, las mesas, las sillas y las máquinas de apuestas encontramos apartado e inhóspito nuestro rincón para intercambiar libros. Fue en uno de esos lugares con encanto donde dejé abandonado un obsoleto libro de nutrición y me hice con esta autobiografía del gran Francisco Umbral. En realidad no creo que esta obra pertenezca a este género sino que es una novela recopilatoria de sus vivencias más felices, curiosas y poco conocidas. Una colección de autores, periodistas y amigos del escritor transitan los capítulos para ampliar nuestra visión preconcebida de genios como Cela, Jorgue Guillén o Alberti, por sólo citar algunos.

Da pena que para muchos Umbral sólo sea el recuerdo de aquel programa de Mercedes Milá, donde el abuelo le cantó las cuarenta con toda la razón del mundo y le exigió hablar de su libro. Es descorazonador pensar que un hombre con una trayectoria tan brillante y extensa en la literatura sea poco a poco olvidado. Sus columnas diarias valen más que la mayoría de lo que se escribe hoy en día, pero, tal y como nos confiesa, los autores muertos se quedan en estanterías por las que sólo circulan los estudiosos mientras poco a poco se las va comiendo la carcoma.

2 comentarios:

  1. Pienso exactamente igual que tú. Cuando algún tontolaba suelta la frase "...he venido por mi libro..." les explico la realidad de lo que allí ocurrió y cual es la historia de Francisco Umbral. Y a todo el mundo recomiendo Rosa y Mortal como uno de los mejores libros que jamás he leído. Muy duro, eso sí.

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    1. Tengo muchas ganas de leer Rosa y Mortal, voy a intentar conseguirlo, leerlo y reseñarlo.

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