16 de enero de 2018

Mis lecturas gafapásticas: Harry Potter y la piedra filosofal

En esta año nuevo he empezado con ganas la lectura y el objetivo de leer 30 novelas.

Decidí releer la saga de Harry Potter ahora que hay una magnífica exposición sobre este mundo en Madrid y que quizás, con algo de suerte, pueda ir a ver.

Esta primera obra me ha vuelto a sorprender por su ritmo narrativo, rápido y conciso. Se dan los detalles argumentales necesarios y ni uno más ni uno menos. Es sólo la semilla del resto de la saga, pero es un inicio impecable. Se nota que Rowling estuvo trabajando en esta primera novela por muchísimo tiempo, de hecho es bien sabido que reescribió el primer capítulo infinidad de veces.

No se trata, como mucha gente cree, de un libro orientado en exclusiva a los niños, sino que los adultos también pueden disfrutar del mismo. Si bien es cierto que las primeras entregas son más infantiles y menos profundas, algo que cambiaría a medida que sus lectores fueron creciendo y se publicaron las siguientes entregas.

Curioso es que en la edición de EMC la mascota de Neville sea una tortuga y en siguientes entregas fuera un sapo. Esto se debe a un error de traducción que se solventaría en futuras ediciones.

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