27 de enero de 2018

Mis lecturas gafapásticas: Harry Potter y el prisionero de Azkaban

De momento sólo me he leído los tres primeros libros de la saga en esta relectura, pero me vuelvo a quedar con la sensación de que éste es mi favorito, a falta de leer los demás de nuevo claro.

El hecho de que ocupe un lugar tan especial en la serie es que aquí se nos revelan muchísimos secretos del protagonista que ni él mismo conoce. El primer libro nos presenta un mundo, el segundo nos aporta algunos detalles más en cuanto al transfondo mágico, pero este revoluciona todo con la aparición en escena de varios personajes muy importantes en el pasado, presente y futuro de Harry. Estoy hablando de Peter Pettigrew, Sirius Black y Remus Lupin. Por si esto fuera poco también se conocen un montón de cuestiones relativas al pasado de los Potter, que por algún motivo hasta ahora se desconocían. Digo lo de algún motivo porque me parece que alguien le podía haber explicado algunas de estas cosas al chico en los dos años anteriores. En fin, igual era pequeño y no estaba preparado para conocer ciertos temas.

Además todo está muy bien hilado porque parece que la historia va hacía un lado, pero de repente se descubre que algunos eventos no ocurrieron tal y como la comunidad mágica asumía.

La trama que me falla es la del giratiempo, no me gusta que en el mundo mágico que Harry Potter exista un artilugio con la capacidad de hacer volver atrás en el tiempo a los personajes. Un objeto de esas características te condiciona mucho y como lector te hace preguntarte por qué no se utilizó en el pasado con el ánimo de hacer el bien, es decir, para evitar los asesinatos cometidos por ciertos magos tenebrosos. ¿Para no alterar el continuo espacio-tiempo? Si ya sé que en la novela se nos dice que muchos magos han visto a su yo del futuro en el presente y se han liado a lanzarse hechizos, pero no me resulta una explicación demasiado convincente. Hay veces que por un bien mayor se podría haber corrido el riesgo.

Mención aparte merece el aún peor uso que se le da al giratiempo en la última obra teatral de Harry Potter, pero eso es harina de otro costal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario