Me había olvidado de lo divertido que era esto del ajedrez. Hoy he analizado, superficialmente, la partida que perdí en la tercera mesa del campeonato de primera y con la que perdí toda opción de subir a categoría preferente. La partida es complejísima, llena de matices tácticos y preciosa.
La balanza podía haber caído tanto del lado blanco como del negro aunque al final de la partida yo era el que tenía mejores chances. Pero llegamos ambos a apuros de tiempo y palmé. Y francamente me da igual porque esta partida me ha enseñado unas cuantas lecciones para el futuro y sobre todo me he vuelto a mostrar lo divertido que es el ajedrez.
Me estoy dando cuenta que hay demasiadas partidas que acaban por un error en los apuros de tiempo. Quizás se debería abrir un debate sobre si este ritmo de juego es el adecuado para jugar al ajedrez clásico.
Yo creo que con cualquier ritmo van a haber apuros de tiempo. Uno de mi equipo, con este ritmo de 90+30 ha llegado a jugar desde la jugada 15 con el +30 ¡y llegando a la hora a la partida! Ya le puedes poner 5 horas para 40 movimientos que seguirá cayendo en apuros
ResponderEliminarLa verdad es que no te falta razón, los que tienen tendencia a apurarse se van a apurar de todas maneras.
ResponderEliminarLo que pasa es que con este tipo de control en el que no hay que hacer un número determinado de jugadas, y no obtienes tiempo extra al pasar el control, si entras en apuros no sales y el ajedrez se convierte en algo un poco aleatorio.
De todas maneras el ritmo es igual para los dos y hay que acostumbrarse.
Muchísimas gracias por el comentario ;)