2 de abril de 2015

Recuerdos de abuelo cebolleta: campeonato de Euskadi sub 16 y sub 18 de 2.005

Mi naturaleza nostálgica me hace anhelar el pasado siempre que encuentro algún recuerdo bonito que me hace volver la vista atrás. En este caso el descubrimiento de unas fotografías guardadas en un álbum y la lectura de la placa de un trofeo han sido los desencadentantes de esta entrada, que en el futuro estará, sin lugar a dudas, entre mis favoritas.

A pesar de que estos hechos ocurrieron hace una década recuerdo con nitidez casi todos los acontecimientos de aquel campeonato de Euskadi celebrado en Eibar. El torneo tuvo lugar, si la memoria de la que alardeo no me falla ;), en este recinto que se ve en la fotografía.

El recinto donde se disputó el torneo.


La federación vasca no sólo organizó el campeonato en ese espacio sino que ofreció alojamiento en ese mismo lugar a los jugadores que lo desearan. Tal y como había hecho en ediciones anteriores aproveché la oportunidad y acepté la invitación de la federación para ahorrarme los viajes diarios y disfrutar del buen ambiente que se vivía todos los años en estos campeonatos por edades. En esta ocasión me tocó compartir habitación con un joven Alvaro Diaz. Él era menor que el resto de participantes, pero la federación le invitó como joven promesa. Sus consejos me ayudaron mucho durante todo el evento y contribuyeron a mi buen resultado final. Además me convenció de no tirar por la ventana el colchón de mi cama (que era más duro que una piedra).

El torneo se presentaba muy difícil para mí guiándome por el ranking inicial, en el que yo ocupaba el 17º lugar de un total de 20 jugadores. No obstante yo era positivo, y quizás un poco chulo, pues creía que ese ranking no reflejaba en absoluto mi fuerza real. Ese pensamiento fue en aumento a medida que el torneo avanzaba e iba ganando confianza. A esas sensaciones positivas se unieron unas ganas de demostrar a algún jugador, que me subestimó en la sala de análisis a pesar de puntuar contra él, que podía hacerlo muy bien aún teniendo un Elo muy bajo.

La sala de análisis siempre estaba muy concurrida después de acabar las partidas.

Pero antes de relatar lo que pasó en lo deportivo me gustaría narrar qué hacíamos entre partidas. Y es que cuando pienso en el torneo no sólo se me vienen a la cabeza la competición, sino un montón de recuerdos que nada tienen que ver con lo que sucedió sobre los escaques. Bueno, la verdad es que como nos acostábamos tarde y jugábamos todos los días no había demasiado tiempo libre. De todas maneras aprovechábamos todas las noches para quedarnos hasta las tantas jugando al rol con Ibon Martín, que ejercía de master.

De hecho esta actividad no era nueva para mí, pues en campeonato de Euskadi del año anterior habíamos empezado a jugar a rol con Ibón después de que nos sancionaran, tras la escapada nocturna por Zarautz de la primera noche, sin salir del albergue en el que estábamos alojados. Allí un grupo amplio, que tras la primera noche de juego se vio reducido a Yerai, Ibón, algún otro jugador y un servidor, jugábamos a la leyenda de los cinco anillos. De aquellas sesiones guardo gratos recuerdos de risas que igual cuento en otra ocasión.



Esta vez el improvisado grupo de rol era pequeño desde el principio, y estaba compuesto por: Mikel Ruiz Baigorretegui, Koldo Cuevas Martínez, que fue invitado por la federación vizcaína y que perdió todas las partidas de ajedrez del torneo jugando al toque y provocando las inoportunas risas de buena parte de los jugadores, Ibón Martín, que una vez más hacía de master, y un servidor. No sé por qué pero Ibon decidió que cambiáramos la leyenda de los cinco anillos por el juego de rol de Warhammer fantasy, cambio que los jugadores recibimos con agrado porque conocíamos el universo creado por GW. Los papeles que interpretábamos estaban bien perfilados desde el primer día; Mikel era el orador, leía el reglamento por la mañana mientras jugábamos el torneo y no dejaba pasar la ocasión de hablar durante largos periodos de la partida, Koldo era el que metía la pata, interrumpiendo el discurso de Mikel para dar el suyo propio y provocar el caos, Ibon era el master perrete, puteándonos siempre todo lo que podía, y yo era el que les salvaba el pellejo a mis dos compañeros, repartiendo mamporros con mi personaje cuando la verborrea de mis compañeros no dejaba otra opción que la de las armas.

El juego en el que disputámos las partidas.

Tirar dados y olvidarme por completo de lo que había sucedido o iba a suceder en la siguiente jornada resultó ser muy positivo para el desarrollo de la competición. Me pregunto si Ibon sigue con la tradición de jugar a rol en los campeonatos de Euskadi. Muy a mi pesar creo que se habrán perdido las viejas costumbres de frikear por las noches.

 Metíamos mucho ruido por las noches pero afortunadamente estábamos lejos de los dormitorios.

Otra cosa que recuerdo son los desayunos de aquel torneo. Generalmente me levantaba con el tiempo justo, después de una noche rolera, y me dirigía con Álvaro desde el edificio donde estaban nuestras habitaciones hasta otro edificio, al que se llegaba subiendo las escaleras que aparecen en la primera foto de la entrada, para empezar el día engullendo lo que nos sirvieran. Allí solíamos coincidir con Almansa, que todas las mañanas nos obsequiaba con su cara de dormido, mientras se comía sus tostadas. A veces Mikel Ruiz Baigorrotegui se juntaba con él y le hablaba sin que este diera muestras de estar vivo, a juzgar por su ojos entreabiertos y su lenta masticación. Creéme, si no has visto comer a Almansa unas tostadas no has vivido un campeonato de Euskadi.


En lo deportivo el torneo empezó bien para mí con la victoria contra Alberto García San Martín. Fue un punto poco merecido porque estuve perdido varias veces pero un error grave de mi rival me otorgó un inesperado triunfo.

Imagen de la sala de juego donde se disputaban las partidas de los sub 16 y los sub 18.

La segunda partida me enfrentó a Nekane Cuetos (número 55 en la fotografía superior y por entonces socia de Zuri Baltza). Tras jugar una buena apertura, dejé pasar una buena ocasión en el medio juego al llegar a esta posición.


Aquí jugué 28... Th4?!. Sin embargo 28 Axh2+ parece decisiva. Poco después cometí un error gravísimo en el que perdí material  y otra vez más, como en la primera partida, estaba perdido. Después de lanzarme al ataque como un loco y ver mi ataque repelido todo oportunidad de puntuar parecía descabellada. Sin embargo luché todo lo que pude y más para sacar algo y llegué a esta posición, en la que tengo pieza de menos y aún no dispongo de ningún recurso salvador.


Aquí Nekane jugó 40 Txd5,  creo que ella pensó que si yo hacía 40...exd5 podía jugar 41 Ad4. Mientras que  si yo hacía 40... Txd5 podía jugar 41 c4 ganando con bastante facilidad gracias a sus dos peligrosos peones pasados. Teniendo eso en cuenta opté por tender una inocente trampa que, si bien era sencilla de evitar, con el poco tiempo que le quedaba y el reloj en marcha podía crear complicaciones.


Después de su 40 Txd5 jugué 40 ... Tfxf2 amenazando un jaque contínuo en su segunda fila.
 

Aquí es fácil evitar el jaque contínuo jugando 41 Th5, pero Nekane tomó el camino equivocado y me dio un jaque en d8 que, tras huir a h7 con mi rey, permitió que Caissa se me apareciera con el jaque contínuo que repartía el punto.

Paulo partía como número 1 en el ranking de los sub 18, pero su inactividad ajedrecística, sus escarceos futbolísticos como defensa central leñero en el Begoña y la estancia en casa de su amama en Eibar, donde no paró de comer, le pasaron factura. En la foto está jugando contra Begoña Cantero que por aquel entonces también pertenecía, como Paulo, a la indisciplina de Zuri Baltza.

En la tercera partida me emparejaron contra Ander Zulaika. y otra vez más estuve contra las cuerdas. De hecho en la apertura cometí algunas imprecisiones y llegué como buenamente pude al medio juego.


En esta posición si mi rival llega a jugar 27...Dxb2 la partida se hubiera puesto muy cuesta arriba. Afortunadamente mi rival jugó 27... Ae7 y seguí jugando, esperando poder crear complicaciones y ataque a pesar de mi precaria situación. Finalmente llegamos a esta posición.


Aquí Ander jugó 34...Rg8 y yo respondí con 35 Dxf6. Fue una victoria inmerecida que me aupaba a las primeras mesas después del ecuador del torneo.

David Astasio, Iker Elizundia, socio de Zuri Baltza y Alvaro Pérez.
  
Y así llegué a la cuarta partida que se presentaba como decisiva y en la que me enfrentaría a Iñigo Martín. Si le ganaba a Iñigo, que ya por entonces era un jugador muy fuerte, me convertiría en el puto amo de Zuri Baltza, si perdía, me convertiría en un mediocre del club.

¿Qué debía jugarle? Hablé con Álvaro, que no estaba teniendo un torneo fácil con 0,5/3 hasta ese momento, y debatimos, como solíamos hacer antes de cada ronda, sobre nuestros rivales. Él me comentó que Iñigo jugaba la cerrada contra la Siciliana. A mí, que por aquel entonces era un jugador agresivo y valiente, no me apetecía jugar algo que yo entendía como cerrado. Como Álvaro insinuó que Iñigo me plantearía la R. López tomé una de las decisiones más estúpidas de todos los años que llevo jugando. Opté por un enfoque distinto al que había seguido hasta ese momento, sería infiel a mi Siciliana Najdorf y le plantearía el ataque Marshall. Conviene apuntar que la Najdorf me dio un 2/3 con negras en el resto de partidas del torneo.


Un poco de metal para combatir contra Iñigo parecía una buena opción.

Pero, ¿por qué el Marshall? Por una sencilla razón, por aquel entonces Maxi y yo siempre jugábamos rápidas los viernes en el club, bueno, más bien hacíamos matches temáticos del ataque Marshall. Él lo defendía a capa y espada con negras y yo, con una testarudez ajedrecística que pronto aprendí que no era beneficiosa, trataba de aferrarme a mi peón de más y plantearle como novedades diferentes jugadas que veía en algunas partidas de maestros. Lo cierto es que aquellas partidas incentivaron mi estudio de esa línea con blancas y, por tanto, también con negras. Parecía sensato jugar la línea para tratar de obtener un juego dinámico y poner en complicaciones a Iñigo. El hecho de haber jugado tantas partidas contra esa variante y haber estudiado la línea me ponía en una buena posición, pues conocía la peligrosidad del ataque negro. Finalmente la partida dio comienzo.



¡Bien! Me juega 1 e4 y todo va por los cauces esperados. Al menos hasta el momento clave.... En la posición que os dejo a continuación Iñigo rehusa el Marshall con 8 d4, en vez de jugar el 8 c3 que yo tanto deseaba.


La jugada de Iñigo me hizo perder el equilibrio y sufrí una fuerte conmoción, tal y como se observa en el gif, porque a pesar de tener muy estudiado el gambito mi conocimiento de los Anti Marshall era bastante limitado (mea culpa por meterme en ese berenjenal).

 
  
Con la perspectiva que otorga el tiempo puedo asegurar que fue una auténtica tontería meterme en esto sin conocer bien las líneas que evitaban el Marshall. De hecho creo que cualquier otra apertura contra 1.. e5, menos el Gambito de Rey, le hubiera valido a Iñigo para obtener una ventaja en la apertura.

Al final terminé capitulando tras 33 jugadas con el que jugador que a la postre se convirtió en campeón. Iñigo, que años después fue el primero de los participantes del torneo en convertirse en maestro Fide, hizo un gran torneo cediendo sólo dos tablas. Sin embargo a mí me afectó mucho la derrota, dejándome con una sensación agridulce por no haber continuado con mi Najdorf. El resultado probablemente hubiera sido el mismo, pero las sensaciones distintas.



Las dos últimas partidas que jugué fueron duras psicológicamente, pues estuve bastante tiempo dándole vueltas a la mala elección de apertura contra Iñigo. No obstante tuve un final de torneo bastante digno contra Iker Irañeta e Iñigo Sarasua. En la partida con Iker obtuve una posición bastante jugable con blancas, pero ofrecí tablas después de jugar 19 Tdg1 y alcanzar esta posición.


Paulo me echó un poco la bronca después de la partida porque creía que mi posición era buena. Hombre, no voy a negar que me gusta más la posición del blanco, pero la creo que la ventaja de éste debe ser ligera. Además así puse en práctica la idea de la escuela soviética de hacer tablas tras una derrota ;)

La última partida se presentaba importante para intentar alzarme en la clasificación pero sólo pude obtener medio punto y gracias. Diez años después, viendo las partida, me he dado cuenta que dí un jaque contínuo que no era jaque contínuo, es decir, un jaque contínuo del que parece que mi rival se puede escapar. La verdad es que no estoy muy seguro si se llegó a la posición que he estado analizando, donde mi oponente tiene ya un peón en 7ª en un final de Damas, porque no se puede interpretar muy bien la partida en el viejo calco de la partida. En cualquier caso me da la sensación de que una vez más escapé por los pelos.

Y así acabó el torneo, con un 5º puesto. No fue una mala clasificación teniendo en cuenta que jugué 4 partidas con negras y dos con blancas, sin embargo siempre me quedará la espinita clavada de no haber muerto con las botas puestas, con mi Siciliana Najdorf. No es necesario ni decir que fuí recibido en Zuri Baltza con honores de jefe de barrio ;)

Hoy se cumple una década de que el torneo finalizara. Quiero darle las gracias a Mikel Larreategui, menos la última todas las fotos son suyas.

La clasificación final del sub 16 se puede ver aquí. La clasificación final del sub 18 se puede ver aquí.

El comienzo de la entrega de premios.

Koldo Cuevas, compañero de rol, con el master y el presidente de la federación guipuzcoana.

Alvaro Díaz, mi compañero de habitación y mi segundo, recogiendo de manos de Ibon el premio por participar en el evento.

Ibon sonriendo después de darme el premio. Yo estoy mirándole raro, por todos los peligros que me había hecho pasar en las partidas de rol :)



Foto de los premiados. Todos los jugadores premiados tienen ahora más de 2.000 FIDE. ¿Todos? No, uno de ellos resiste ahora y siempre con menos de 1.800 FIDE.

4 comentarios:

  1. Joe, ¡qué recuerdos me ha traído!
    Aunque no coincidimos, ya que yo no era de tu misma generación sino de unos años más tarde, me has hecho recordar aquellos momentos de mi juventud ajedrecística. La verdad es que se pasaba bien y aunque yo nunca he sido muy fan del rol sí que recuerdo que Ibon seguía preparando juegos de mesa para pasar un buen rato.
    Por cierto, yo también soy de los que resiste con mis 1900 puntitos de ELO ;)
    Gracias por tomarte el trabajo de recuperar las fotos y diagramas.

    Un saludo,
    David O.

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    1. Aupa David!

      Me alegra que hayas disfrutado con la lectura de la entrada y que te haya traído buenos recuerdos. Bueno, en mi caso son 1.800 y bajando :)

      Muchas gracias por comentar.

      Un saludo,
      Jon

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  2. Te castigaron las lesiones. Además no supiste asimilar la fama (protagonizar tantas entrevistas, portadas...) y el dinero del contrato que te hizo Zuri Baltza.
    El prometedor cadete Jon Fernández es la vieja historia de tantos deportistas que prometen y se quedan a medio camino...

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    1. Estoy ya retirado, todo el mundo sabe que soy un ex ajedrecista.

      Gracias por comentar.

      Un saludo.

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