Como muchos de vosotros sabréis, George RR. Martín y la HBO han conseguido que la literatura fantástica salga del ostracismo en el que estaba inmersa. La serie de televisión basada en la saga canción de hielo y fuego ha logrado que muchos espectadores salten de la pantalla a las páginas de las novelas. Este fenómeno no sólo ha permitido que los teleespectadores se conviertan en lectores, sino que ha propiciado que el género fantástico sea más tenido en cuenta.
Patrick Rothfuss publicó el nombre del viento en 2.007, año en el que la serie de televisión Juego de Tronos todavía no había visto la luz. Con la aparición de la serie de televisión muchos lectores de la saga de Martin, que habían descubierto la saga de canción de hielo y fuego por la pequeña pantalla, buscaron cosas nuevas que llevarse a la boca entre las nuevas temporadas y los nuevos libros.
La novela El nombre del viento no sólo es original, algo poco común en la fantasía, sino que está bien escrita y es muy agradable de leer. Los capítulos breves hacen que se avance muy rápido en la historia. Todo momento es bueno para coger la novela y avanzar con la lectura. Los personajes que más me han gustado son la entrañable Auri y el excéntrico Elodin. La obra me ha enganchado tanto que nada más acabarla me he puesto con la segunda parte, que se publicó en 2.011.
Hay pocas cosas que no me gusten del libro. De hecho lo que más me desagrada es la edición, con esas tapas blandas que se arrugan con la mirada en la edición de bolsillo y el dibujo de la portada. Si te gusta la fantasía deberías darle una oportunidad.
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