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5 de diciembre de 2024

A mis compañeros de Zuri-Baltza

Diego me remitió una carta ayer que reproduzco a continuación sin apenas modificar (sólo he corregido dos erratas). Todos los comentarios y opiniones son responsabilidad de su autor ;)

A mis compañeros de ZB

Este año he logrado el ascenso a segunda, en mi primera temporada. Esta acción, que pudiera parecer algo individual, y que quizá en algunos casos lo sea, ha sido una acción colectiva.

Como a veces las personas cambiamos, y no siempre lo hacemos para mejor; y como a veces nuestra memoria no recuerda aquello que debería, quiero plasmar por escrito las siguientes líneas, para que no caiga nunca en el olvido mi agradecimiento.

Por dónde comenzar y a quien nombrar antes o después es siempre algo difícil. Así pues, que el orden de quienes desfilan en los siguientes párrafos no sea visto como signo de mayor o menor importancia. Es la acción colectiva, el conjunto, lo que hace posible que cada acción individual haya sido relevante hasta el punto de lanzarme ha segunda.

Así que, en primer lugar, sólo porque de alguna forma debe comenzar el texto, voy a nombrar a Hinojal. Creo que este puede ser un buen comienzo porque Hinojal, literalmente, me abrió la puerta del club. Con él jugué las primeras partidas, y de él y de Jon (siempre hay que contrastar aquello que se escucha) quedó la importancia del cálculo para el ascenso. No recuerdo las palabras exactas, aunque en mi memoria lo que resuena es: “basta con el cálculo”. Pues si basta con el calculo, entonces, calcularemos.

Con Hinojal fueron mis primeras partidas, y desde entonces han sido constantes. Sabes que puedes ir al club cualquier día porque te vas a encontrar con él. Hubo un día en el que, circunstancias, no acudió nadie más al club. Jugamos algunas partidas y después me estuvo enseñando finales. Paradójicamente, y a diferencia de muchos días en los que el club rebosa actividad y la jornada se alarga, aquel día, en el que estábamos él y yo solos, puede que sea el día que más tarde he marchado del club.

A Jon, por su parte, le debo una tremenda amabilidad y predisposición, respondió con extrema rapidez ante mis inquietudes. Gracias a él estoy leyendo un pequeño librito con el que he aprendido y estoy aprendiendo muchas cosas, obra de Eliskases. A Jon recurrí por culpa de Lander, pero eso lo contaremos más tarde.

En ese libro no aparecen aperturas. Y sí peones. Hay páginas y páginas dedicadas a los peones. Han sido muchas las personas que me han dicho que para las nuevas lo importante deben ser el medio juego y los finales: contra aquello que a un hereje le parece que debería ser lo urgente: comenzar por el principio, comenzar por las aperturas.

Como la cabra tira al monte, según algunos, o al tablero, según otros, la cabra no ha podido evitar mirar esta o aquella apertura, aunque fuese superficialmente, pero estas palabras tampoco han caído en el olvido, y han orientado el estudio.

Continuaremos con el equipo de tercera, porque nos hemos apoyado y ayudado como un equipo. Lo haremos por orden alfabético:

Aitor B, con el que muchos jueves he buscado la terraza de un bar para jugar algunas partidas, comentarlas y poner en práctica ideas y ocurrencias. Y así, descartar ideas y ocurrencias que parecían maravillosas.

Aitor M, quien ante cierta partida, además de darme algunos consejos, me dijo no se me ocurriese jugar cierta apertura. Porque, aunque no estudiemos aperturas, de alguna forma debemos jugar los primeros movimientos. La popular apertura, por supuesto, no fue jugada, y el punto cayó en el saco.

Lander, quien ha tenido a bien dedicar algunos momentos de su vida a analizar mis partidas y a

mostrarme mis errores. Nunca se agradece lo suficiente que este o aquel dedique el tiempo a las partidas de otros.

Además, Lander me presentó al llegar al club a Yusupov: fue tras pasar largas horas con Yusupov y observar debilidades en mi comprensión de lo que este me explicaba que recurrí a Jon. Quizás ni Jon ni Lander den excesiva importancia a esto, pero yo cada día que cogía a Yusupov primero, y que ahora cojo a Eliskases, me acuerdo de ellos y les estoy agradecido.

Endika y Jaime, compartiendo aciertos y desastres para que todos aprendiésemos, tienen algo en común muy importante: están siempre sonriendo y haciendo equipo a pesar de cualquier resultado. Endika, que ha progresado tremendamente desde que jugamos las primeras veces y cada vez tiene más que aportar. Y Jaime: la persona que querrías que fuese tu capitán porque ve el ajedrez de la forma que deberíamos verlo todos.

Markel, nuestro pequeñajo, dando vueltas por la sala porque todo va bien mientras está en teoría. Con Markel jugué -y pasamos ya del equipo al club- varios viernes partidas a más tiempo del habitual en el club. Partidas que, naturalmente, aproveché para freírle a preguntas: no sólo le preguntaba por qué movía lo que movía, sino también por qué no movía lo que no movía.

Las partidas en el club con Goiriz, un jugador que quizá no sea espectacular, pero que es ordenado y robusto, y que también huye del reloj. Aquellas primeras partidas que jugué con él, en las que nunca había una sola pieza sin defender, llamaron mi atención: parecía imposible (y de hecho lo era) arrebatar siquiera un peón sin perder al menos otro en el combate.

Y las partidas con Julián: han sido también innumerables. Una tras otra de manera incansable, perdiendo, ganando y nuevamente perdiendo y ganando. Julián te enseña a castigar el error: si cometes un desliz te va a agarrar y a hacer papillita. Así, me enseñó mucho sobre mi propio juego, es decir, sobre mis propios errores.

Aitor y Julen, dos de los pequeños de nuestro club, y que a veces pienso que deben aburrirse de darme palizas.

Aitor, cuyo juego también me llamó la atención: en su caso, me pareció alegre y atrevido. Tuve la suerte de perder con él algunas partidas en mis primeros días en el club. Más tarde le he visto hacer espectaculares movimientos que se han grabado en mi memoria: busco, en mis partidas, la oportunidad de replicar cada uno de ellos.

Julen, mi capitán, que no se ha privado de enseñarme unas cuantas lecciones, tantas como palizas me ha pegado. Metódicamente, una a una, ha barrido cada una de mis piezas del tablero partida tras partida. Julen puede que fuese la primera persona que tuvo a bien orientarme y aconsejarme en el terrreno práctico de manera concreta. O, al menos, la primera persona que lo hizo cuando yo ya estaba preparado para ello. ¡Gracias, capitán!

Y por supuesto, esto no estaría completo sin Garrido y sin Ricardo. Siempre acudiendo los viernes, siempre acudiendo los martes, siempre haciendo club. Garrido, que nos enseña a los tercerillas a comer fruta, que es sana. Ambos, Garrido y Ricardo, jugando aperturas que no hace nadie más (y yo tomando nota para llegar a casa y buscarlas, aunque no haya que estudiarlas).

Esta inseparable pareja también hace que los análisis de las partidas alcancen una dimensión que ningún otro sabe ni sabría darle: al margen de señalar los errores, acaba cada una de nuestras partidas transitando por innumerables líneas que podrían haber tenido lugar. Así conocemos no sólo los errores que cometimos y las oportunidades que desaprovechamos, los árboles con los que tropezamos, sino el conjunto del bosque: Garrido y Ricardo muestran a quien quiere el ajedrez en todo su esplendor.

Tenemos también, aunque no sea presencial, un taller de lectura, donde contamos con gente como Gerardo. Unas cuantas partidas ya hemos estudiado, y el taller marca más o menos un ritmo de trabajo. Al margen de que estudiar de forma colectiva enseña más que el estudio individual, se impone también la necesidad del propio trabajo. Dicho en otras palabras: impiden que me duerma. O, al menos, que me duerma mucho.

Cada detalle, cada elemento de este y aquel, es lo que me ha llevado a segunda.

Gracias a todos.

Diego,

Bilbao, 4-XII-24

Pd: Hinojal y Jon dicen que, para subir a primera, también basta con el cálculo. Con más cálculo. Entonces, calcularemos. Calcularemos más. ¿Tendrán razón?

5 de enero de 2024

Fallece nuestro gran amigo Raimundo de Andrés, histórico socio de Zuri-Baltza

Hace pocos minutos me ha llegado la triste noticia del fallecimiento de Raimundo de Andrés Barrena, una de las figuras más importantes de Zuri-Baltza y un gran amigo de todos los socios. A pesar de que para mí sea complicado expresar de manera coherente en estos momentos todo lo que aportó al club, voy a tratar de hacer un esfuerzo y ordenar mis pensamientos. 

Torneo social de Zuri-Baltza 1982.

Raimundo puede resultar una figura desconocida para aquellos que hayan estado federados aquí en los últimos años, pues hacía ya muchos años que no competía y tampoco acudía a la sede del club. Él mismo decidió retirarse al ver que sus capacidades ya no eran las de antaño, de hecho, el último año que jugó la liga mostró de manera firme su disconformidad con tener que jugar muchas partidas porque consideraba que otros tenían que coger el testigo. 

Raimundo posa molón a la derecha de esta fotografía con gafas de sol.

Siempre fue una persona muy enérgica y con carácter, sin embargo, su rasgo más destacable era que siempre tenía un gesto cariñoso para todos sus amigos, especialmente para los socios más jóvenes. A menudo me llamó la atención su capacidad para conectar con mozalbetes a quienes sacaba muchas décadas de edad. Como prueba de su carácter y buen rollo con los más pequeños, os contaré una anécdota que ocurrió en un lejano torneo de Barakaldo. Nuestro protagonista se enfrentaba a un joven Bruno Villanueva, quien le ofreció tablas en una posición claramente inferior. El bueno de Raimundo, exaltado por la inesperada petición, espetó: “Tablas, ¿cómo tablas? ¿Dónde hay tablas?”. Tras la proposición y la entusiasta respuesta, ambos siguieron jugando para analizar después de manera amigable la partida.

Raimundo posa a la izquierda de la fotografía junto a los jóvenes del club. 

Torneo Nuevas Generaciones en Benidorm, 2006. Detrás de Raimundo está Bruno Villanueva, con quien compartió la divertida anécdota descrita.

No cabe duda de que su trabajo fue muy importante para lograr que el club se consolidara en sus primeros años como una referencia en el ajedrez vizcaíno. Junto con su amigo José Manuel García viajó por muchos torneos por toda la península y acompañó a muchas promesas a torneos escolares. Su fuerza ajedrecística era la propia de un jugador de primera categoría, pero su amor por el ajedrez era comparable al de un Gran Maestro. Su pérdida supone el desvanecimiento de muchos recuerdos y anécdotas de nuestra historia.

Observando sentado la partida de su amigo José Manuel contra Roberto Olea en 2015.

Su casa estaba situada cerca de “la Zona”, en pleno corazón de Santutxu, donde siempre fue muy popular. Ya no iba a pasar los largos veranos a su querida Espinosa de los Monteros y hacía algún tiempo que no salía de su domicilio, porque en una ocasión se desorientó al salir y cogió miedo a moverse por el barrio. En sus últimos años señalaba con frecuencia a la calle a través del cristal y  aseveraba a su mujer que por allí caminaba su amigo José Manuel García; su esposa nunca le confesó que su buen amigo, con quien había compartido tantos buenos momentos, había fallecido a comienzos del 2021.

En su última visita al club en 2015.

Espero que este breve texto sirva para honrar la memoria de un gran amigo, que nos brindó muchas alegrías y buenos momentos. Se me quedan muchas anécdotas suyas en el tintero, pero mejor os las cuento delante de un tablero. Ahí es donde Raimundo querría vernos, disfrutando del juego con una sonrisa de oreja a oreja como la suya. 

Un fuerte abrazo para sus familiares y seres queridos en estos momentos tan difíciles.

7 de diciembre de 2021

Mi amigo "Garri"

Con ojos apagados, cabeza gacha y paso vacilante camino de manera pausada mientras trato de digerir la dolorosa derrota. Es tan difícil destruir a tu oponente y tan sencillo acabar contigo mismo…

Lo peor es que, incluso después de suicidarme en el tablero, no puedo parar de flagelarme una y otra vez con mis pensamientos. Los pocos pasos que separan la sala de juego del vestíbulo parecen centenares de kilómetros.

Entonces salgo del local y Garrido, mi compañero de club me pregunta por el resultado. El bueno de Garrido, “Garri” para los amigos, sigue todas mis partidas desde hace tiempo. Hemos compartido equipo en la liga y no duda en analizar conmigo para aportarme ideas, buscar la verdad y tratar de enriquecer mi juego.

A pesar de encadenar 12 partidas seguidas evaluadas para Elo FIDE sin perder, con un saldo de diez victorias y dos tablas, me ha ayudado a no dormirme en los laureles y a tratar de mostrar el mejor nivel. No ha habido fase de juego de mis partidas que no haya comentado, haciendo siempre uso de la ironía que le caracteriza.

Hasta ahora pensaba que ése era “Garri”, el tipo irónico, pillo, que disfrutaba haciendo comentarios punzantes. Todavía recuerdo como me llamaba “tercerilla” hace ya más de 15 años. Nunca lo hizo para hacerme daño sino para vacilar, deporte que le gusta incluso más que al ajedrez.

A su pregunta no puedo más que mostrarle el pulgar hacía abajo. Los ojos de mi compañero de club se apagan por un instante y en ellos no veo rastro de su habitual picardía. “Garri” sabe, como yo, que no es momento para chistes.  Intenta quitarle hierro al asunto diciendo que no pasa nada, y en realidad es cierto. Lo que ocurre es que él sabe, al igual que yo, lo duro que es perder dos partidas consecutivas. Más aún cuando en esta última jugué bien la apertura y el medio juego, haciendo una transición correcta y desarrollando los planes derivados de las primeras jugadas.

“Garri” me pregunta por qué no he cambiado el alfil de casillas blancas antes de comer en d6. Su pregunta hace que, de manera repentina, todas las piezas del puzle encajen en mi cabeza. Tras unirse empiezan a doler porque he visto la variante y he elegido otra que, si bien no perdía, mantenía a mi rival con el recurso que tenía en la posición. Me comenta que ganaba al menos un peón, si no dos, y que la posición de mi adversario se derrumbaba. Me mantengo en silencio porque yo también lo estoy viendo en mi cabeza, de hecho, tengo la posición tatuada en el cerebro. Une petite combinaison que diría Capablanca.

De alguna manera llegamos a la cafetería y, sin mediar palabra, “Garri” me dice que he jugado muy bien a pesar de perder y que si consigo jugar a ese nivel tengo muchas opciones de ganar las tres últimas e incluso subir a Preferente. En realidad, yo no estaba pensando en ascender de categoría, sino en mostrar mi mejor versión y disfrutar. La cuestión es que hoy no lo he dado durante todo el encuentro y por eso estoy sufriendo tanto. Las palabras de “Garri” me reconfortan, hoy ha mostrado un lado humano y sensible que desconocía.

Ése es “Garri”, el hombre que siempre tiene dificultades para atarse el cinturón de seguridad, hace comentarios que sólo entiende él, vacila, emplea todo el rato el sarcasmo y va corriendo hacia la sala de juego incluso si el árbitro le ha avisado de que no va a venir su rival. Así es “Garri”, mi amigo.

 

23 de mayo de 2021

Nuevo texto y artículo dedicado a Jose Manuel García Sánchez en el periódico de Santutxu

Hace algún tiempo escribí una entrada dedicada a José Manuel García que tuvo un gran número de visitas. Un mes después, en la sexta página del número 82 del periódico de Santutxu correspondiente a Marzo de 2021, el hijo de Jose Manuel le dedicó un artículo que podéis leer pinchando aquí. Quería daros las gracias por el apoyo que tuvo el anterior texto. Tenemos que agradecer también a Santutxu y + que le hiciera un hueco a la figura de José Manuel, sin duda se lo merece. Por último un saludo para David, quien me ayudó a cambiar algunas cosas del texto que os muestro a continuación.

Gotas de agua

Te confieso que tengo un poco de miedo, en realidad mucho, estoy aterrado. Sin embargo todas las primeras veces generan ansiedad, así que saco las llaves de mi bolsillo y cruzo el umbral de la puerta con la vieja bisagra rechinando a mi paso. Estoy solo, noto un gélido frío que me hiela los huesos. La estancia es amplia y desordenada. Siempre me agobió la zona de los ciclistas y los montañeros, con todos esos bártulos y bombonas apiladas. La claraboya emite un ruido al recibir una gota del cielo donde estás.

Es de día y no enciendo las luces, prefiero estar con menos estímulos disfrutando en soledad de tu recuerdo. Doy unos pasos y veo enmarcado el retrato de Veselin Topalov, en realidad es la reproducción ampliada de uno de tus sellos firmada por él. Tú mismo te encargaste de prepararlo y que te lo firmara, no sin antes regalarle otro a él. ¿Qué hubieras hecho si hubieras tenido la ocasión de conocer a tu  ídolo homónimo José Raúl Capablanca? Respiro profundo para conectarme conmigo mismo y me doy cuenta de que el local necesita ventilación. Sin embargo no abro las ventanas, no quiero oír el ruido de los automóviles o los peatones como en tantas partidas que hemos librado aquí.

Observo las vitrinas de nuestro armario repletas de títulos, algunos de ellos tienen tanto polvo como años. Sonrío amargamente, en tu idilio con este club nunca hubo un receso en cuanto a triunfos ni espacio para el minimalismo. Abro sus puertas y me reciben las copas oxidadas obtenidas mucho antes de que naciera, me pregunto qué historia hay detrás de cada una de ellas. ¿Quiénes participaron en ese torneo por equipos? ¿A qué maestro derrotasteis para conseguirlas? Algunas de ellas muestran logotipos y nombres de empresas o bares que hace décadas que dejaron de funcionar, envolviendo de incertidumbre a sus trabajadores. El inexorable óxido cubre ya a muchas de ellas, como huella del paso del tiempo. Son fósiles de toda esta historia.

Siento que no estés aquí para hablar conmigo, sí, ya sé que las penas son nuestras mejores maestras, ¿pero qué puedo aprender de esto? Dejo ya las copas antiguas y me voy a las modernas. Sobre el armario, camuflada en aquella colmena de trofeos, está la que busco. Qué alegría haber sido parte de aquel triunfo, de demostrar que a veces David puede vencer a Goliat. Creo amigo mío que la lección es que por duro que te golpee la vida, siempre has de seguir hacia delante con ilusión. Ya he acabado con ésta cuando veo vuestra fotografía de 1965 con la copa en la localidad jarrillera. Abro de nuevo la puerta de la vitrina, mientras las gotas de agua siguen rompiendo con la precisión de un metrónomo la claraboya. Ocupa un lugar preferente en uno de los estantes, es la primera y la más grande de cuantas tenemos. La asgo con dificultad y la contemplo brevemente antes de devolverla a la alacena. Supongo que la competición debió ser muy dura para entregaros como premio una copa de semejante peso.

Poco a poco estoy más sereno, he encontrado algo de paz entre tanto caos interior. Paso ahora a las estanterías de los libros, podemos decir con orgullo que tenemos la mejor biblioteca de cuantas he visto como nómada de los trebejos. Primero acudo a los viejos, la colección de Fundamentos con muchos volúmenes donados por ti, Escaques, Bruguera...Tratados del bueno de Pachman, recopilación de partidas de Alekhine, obras del Dr. Euwe de ediciones limitadas Catalán... De aquí podríamos sacar material suficiente como para hacer una tesis doctoral de añeja literatura ajedrecística. Muchos de estos libros están tan ajados... Entonces capto la presencia de uno que recopila las partidas de Bobby Fischer y me roba una sonrisa. Es el primero que extraje de la biblioteca en mi adolescencia, el que me indujo a perder siempre con la Siciliana Najdorf. Aún está forrado, me pregunto si fuiste tú quien lo protegió de mi avidez lectora. La nostalgia me empieza a carcomer el corazón, ¿acaso cualquier tiempo pasado fue mejor?

Es hora de visitar las estanterías de libros nuevos. Es allí donde, entre tanta nueva adquisición, encuentro uno de los libros donados y autografiados por ti. ¿En cuántas planillas habrás firmado, amigo? ¿Cuántos ajedrecistas habrán disfrutado de tu presencia? ¿Le habrá jugado alguien más a Anand el Gambito Elefante en una simultánea? Sonrío travieso mientras recorro las páginas amarillentas y las huelo evocando un pasado feliz, como un recuerdo grato de una infancia o un reencuentro con tu primer amor. Vaya, no pensé que un mero libro podría hacerme sentir así. El duelo nos hace vivir siempre nuestras experiencias con una mayor intensidad.

Las lágrimas fluyen como corriente por mis mejillas, sin darme cuenta. Pongo una presa al río apretando los ojos. Sin duda era mejor entrar aquí solo, con el silencio propio de nuestro deporte y la única compañía de mis sentimientos. La melancolía, la añoranza y la nostagia se viven mejor así.

Accedo al interior del arcón, repleto de tableros y cajas de madera, y me hago con lo que necesito. Abro la caja y coloco los trebejos sobre el tablero, sólo entonces saco mi vieja planilla arrugada del bolsillo. Reproduzco nuestra partida con dificultad, el paso del tiempo ha convertido el calco en un código indescifrable, y es que ya ha pasado demasiado tiempo desde que se disputara aquel torneo. No obstante, consigo recrear la magia detrás de la combinación táctica con la que me derrotaste. Viéndola con perspectiva me siento algo tonto, después de un fracaso los planes mejor elaborados parecen absurdos. En cualquier caso, gracias a tus enseñanzas como compañero de equipo en la liga de clubs, ninguno de nosotros se sintió fracasado porque conseguimos convertir cada derrota en enseñanza. Una de esas lecciones que no sólo son aplicables al ajedrez, sino a la vida.

Devuelvo el material al arcón y dejo caer un poco la tapa, emitiendo un ruido sordo que rompe el silencio. Me acerco entonces al tablón de anuncios, huérfano de trípticos que nos informen de los futuros torneos. La marea pandémica arrastra todo cuanto encuentra a su paso. Aún recuerdo a mi yo adolescente entusiasmado con la posibilidad de recabar allí información sobre los próximos torneos, en los que si acudía siempre terminaba por encontrarte.

Este local, que no sólo ha vivido historias relacionadas con los 64 escaques sino también historias personales de amistad y compañerismo, se queda huérfano de ti. No estamos preparados para acudir un viernes más aquí y no oír tu voz ofreciéndote a jugar una partida con un socio, un niño recién llegado o algún visitante ocasional. Ya no siento miedo, pero sí el dolor desgarrador en el pecho que me produce saber que nuestros caminos se separan y no volveré a verte. Los buenos recuerdos, sin embargo, persistirán.

Abro la pesada puerta y trato de cerrarla de un portazo rabioso pero me es imposible, la parte inferior roza con el suelo y me detiene el brazo, que no el llanto. Superado el obstáculo la cierro tranquilo. Comienzo a bajar las escaleras que dan al portal y salgo a un barrio atestado de gente. Tapado mi rostro con la mascarilla soy capaz de envolverme en la capa de la soledad, lo único que oigo son las gotas golpeando de nuevo, con la precisión del metrónomo, en mi cabeza.

20 de noviembre de 2014

Javier Durán y Paulo Alberdi

Alex Rodríguez ha subido unas interesantes fotos del campeonato escolar de 1.999, donde se pueden ver a algunos jugadores de Zuri Baltza. He aquí una de ellas, donde aparecen dos leyendas de Zuri Baltza: Durán y Alberdi.

29 de abril de 2014

Leyendas de Zuri Baltza: Gerardo Fernández

Las entradas dedicadas a jugadores notables de Zuri Baltza van tomando más protagonismo en el blog a medida que escalan posiciones entre las entradas más visitadas por el público. La entrada que vais a leer a continuación es ya la 5ª dedicada a mostrar algunos datos y partidas interesantes de algunos socios de Zuri Baltza. Y ya tocaba, por tanto, dedicarle un artículo a Gerardo.

Quinta leyenda de Zuri Baltza: Gerardo Fernández
Gerardo tiene un Elo de 2.223 en el momento en el que escribo estas palabras, su máximo Elo FIDE ha sido 2.233 (de Julio de 2.003 a Enero de 2.004). Si no estoy equivocado, y creo que no lo estoy, a día de hoy es el máximo Elo FIDE que ha tenido un socio de Zuri Baltza. Como curiosidad decir que en la FIDE, a pesar de todo el tiempo que lleva jugando, sólo tienen registrado su primer apellido.


Gerardo jugando a la ciega en Aste Nagusia hace unos cuantos añitos.

Estilo de juego
Yo creo que Gerardo es un jugador de estilo posicional, con una gran comprensión de lo que ocurre sobre el tablero. De todas maneras, cuando se presentan oportunidades tácticas las aprovecha y castiga al rival. Es conocido por ser un especialista del ataque indio de rey y la francesa.

 
Gerardo jugando contra J. Manuel en el recientemente disputado cto. de Euskadi, en el que acabó 8º.

Palmarés
Algunos de estos datos, los más antiguos, me los ha proporcionado Lukas. Le doy las gracias por las molestias que se tomó en buscarlos en su archivo.


En 1.991 fue componente de la selección de Euskadi. 
En 1.992 quedó 3º Abierto Erandio, 2º Abierto Arraiz-Bide y 11º Open Barakaldo. 
En 1.993 quedó 5º Open de Durango y 7º en el Open de Barakaldo. 
En 1.995 queda 5º en el abierto de Barakaldo y 6º en el abierto de Igorre.
En 1.996 5º Abierto de Calahorra, 5º Abierto de Haro y 1º I Abierto Al Jordan de Bilbao y en II Abierto Al Jordan de Bilbao. 
En el año 1.997 queda 11º Absoluto Euskadi, 02º Absoluto Bizkaia, 09º Open de Barakaldo, 4º Open “Villa de Beasain”, 8º Torneo San Prudencio de Vitoria. 
En 1.998 9º Absoluto Euskadi, 3º Bizkaia Absoluto y 2º Bizkaia Rapidas Individual. 
En 1.999 3º Open de Arrigorriaga y 10º Open de Barakaldo (total 89 jugadores). 
También en 1.999 defiende el primera tablero de Zuri Baltza en Cala Galdana, donde hace 5/9 (56%) contra un elo medio de 2.283 (perfomance: 2.326). 
En 2.000 logra el 6º puesto en el cto. Euskadi individual.
En 2.002 logra el 4º puesto en el cto. Euskadi individual.
En 2.003 lo hace bien en el cto. Euskadi individual y en la liga vasca división de honor, ganando 20 ptos. Elo y alcanzando su record. 
En 2.005 14º en el Open de Barakaldo. 
En 2.008 12º en el Open de Barakaldo. 
En 2.009 8º en el Open de Barakaldo. 
En la copa de Bizkaia 2.011 derrota a Mikel Huerga en la única partida que disputa en la competición.  En 2.014 hace un perfomance de 2.540 en liga vasca, jugando 8 partidas. Si hubiera jugado contra rivales de 3 federaciones y la 9ª partida, contra alguien de un Elo similar a los jugadores a los que se enfrentó, hubiera hecho norma de MI, aún perdiendo la última.
   
Proyectos
Gerardo es el autor de la página web Ajedrez vasco. Recientemente ha creado la página Now in Chess, donde se pueden seguir en directo las partidas de los torneos más importantes. La página tiene un canal en Youtube donde Gerardo va colgando videos producidos por él.

Partidas comentadas
Gerardo tiene un montón de victorias contra jugadores fuertes, he optado por poner aquí varias de ellas para que las vayais reproduciendo poco a poco. En las partidas no he puesto comentarios, creo que todas hablan por sí mismas y que son dignas de ver poco a poco.










 
Gerardo en una entrega de premios en la que también podemos ver a F.J Durán y Carlos Nava.

Gerardo siguiendo una partida en la sede de Zuri Baltza.

Frase
La apertura ha ido bien, pero es que lo más importante del ajedrez no es la apertura (salvo desastre absoluto, claro), sino el medio juego. Las aperturas son interesantes, nos dan (¿falsa?) sensación de seguridad, pero luego viene el cálculo.

Con esta entrada cumplo mi propósito de fin de año de hacer una par de entradas más de Leyendas de Zuri Baltza. Tenéis a vuestra disposición el resto de artículos dedicados a jugadores de Zuri Baltza en el blog. Podéis acceder al artículo de Salinero, Paulo Alberdi, Durán y Caren San Pedro pinchando sobre sus nombres.