Aronian y Ding Liren son los únicos supervivientes de una Copa del Mundo que ha sido, como viene siendo habitual, muy emocionante. Este evento es junto al Candidatos el más entretenido para los aficionados, con gran cantidad de partidas que seguir a diario. Por si fuera poco aquí tenemos las partidas de desempate, que añaden picante a la ya de por sí explosiva receta ajedrecística.
Además, las aplicaciones como Follow Chess en los teléfonos o las tablets nos acercan el juego a cualquier lugar en el que estemos, siempre que haya una conexión a Internet que nos permita conectarnos.
El seguir esta competición también te permite aprender mucho por los comentarios en directo que se ofrecen en distintas páginas webs, siempre gratuitos, en tiempo real y con maestros comentando.
A mí me ha mostrado una vez más que disfruto mucho más de analizar, escuchar los comentarios de los expertos y seguir las partidas que de competir. Hace tiempo que detesto esa competitivad extrema entre aficionados que no conduce a nada y que para mí no tiene ningún sentido.
Rumbo a Berlín con estos dos grandes maestros, armenio y chino, que se han ganado con creces su plaza entre los mejores.
Discrepo en lo de que el Candidatos sea entretenido. Lo es mucho más (en mi opinión) el Cto. del Mundo de Ajedrez Rápido y Blitz e incluso la Chess Pro League, con ritmos más acordes con los tiempos y que no te dejan dormirte entre jugada y jugada.
ResponderEliminarPor cierto, que el Cto. del Mundo Rápido y Blitz parece que no tiene todavía sede, así que me temo que este año nos quedamos sin verlo...
Yo creo que es entretenido a nivel teórico porque es donde los jugadores muestran sus mejores armas, las preparaciones caseras de laboratorio que han estado tanto tiempo preparando. Es verdad que el ritmo de juego del Candidatos podía ser más rápido pero supongo que eso lo cambiarán con el tiempo.
ResponderEliminarSí, me había olvidado de los Campeonatos del mundo de ajedrez rápido y blitz. En cuanto a la sede de los Campeonatos ya sabes lo mal que funciona la FIDE, con cancelaciones de torneos a última hora y cambios repentinos por falta de financiación. Lo malo es que el presidente actual amenaza con continuar.