1 de agosto de 2012
El Mozart del ajedrez y la marca de Kasparov
Magnus está a un pasito de superar la marca Elo que fijara Kasparov en unos impresionantes 2.851 puntos Elo. Hoy ha hecho tablas en Biel pero si hubiera ganado esta y la última partida, la que le enfrentará a Bacrot, hubiera conseguido sobrepasar la cota de Kasparov. No obstante no parece que sea algo que le quite el sueño a Magnus, de hecho Kasparov declaraba en una entrevista que lei hace algún tiempo que si Magnus trabajara más podría sobrepasar su marca. Trabaje o no parece que es cuestión de tiempo que el noruego sobrepase la puntuación que al resto de los mortales nos parece inalcanzable.
Se puede debatir si el mérito de alcanzar, o sobrepasar, esa cifra es tanta como la que tuviera Kasparov ya que han pasado varios años desde que Garry alcanzará ese rating y en este tiempo han pasado muchas cosas: inflación de Elo, desarrollo de herramientas informáticas más potentes... Sin embargo el inmenso talento del Mozart del ajedrez es innegable, incluso un aficionado como yo puede ver en sus partidas algo especial. Creo que tiene un estilo universal, a diferencia de otros jugadores que son sobresalientes en algunos aspectos pero que flojean un poquito en otros, es muy regular en todas las fases del juego. Ojo, dentro de lo que pueden flojear los jugadores que están dentro del selecto grupo de los 2.700. El caso es que el Mozart del ajedrez ataca de maravilla, pero también sabe sufrir y contraatacar cuando es oportuno, el que esté interesado que se mire la partida que disputó contra Alexander Morozevich en el Memorial Tal de este año. Moro no supo ganar una partida que tenía técnicamente ganada y Carlsen aguantó como un jabato hasta conseguir empatar, o más bien hasta hacer que en el último tramo de la partida Moro tuviera que luchar para empatar. En cuanto a las aperturas muchos no dudan en atacar a Carlsen, es cierto que parece que está un poco peor preparado en las aperturas que sus rivales. Eso puede ser debido a que Magnus no está interesado a someterse a una preparación espartana, como a la que se veía sometido cuando tenía a Kasparov como colaborador, y prefiere vivir más tranquilo. De todas maneras hay algo que la gente no suele comentar sobre este aspecto y es que es muy inteligente a la hora de escoger las aperturas, tiene la capacidad de saber o intuir qué aperturas molestan más al rival.
¿Conseguirá Magnus superar la barrera de los 2.851? El tiempo nos lo dirá.
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