Anne Carson era hija de un empleado de banca que ocupó diversos puestos en diferentes poblaciones de la región de Ontario. Tenía 15 años cuando se tropezó con una edición bilingüe de los poemas de la poetisa griega Safo en una librería local, algo que marcaría su vida ha explicado la autora.
“Yo era una adolescente desafecta necesitada de estímulos. La visión de las dos páginas yuxtapuestas, una de ellas un texto impenetrable pero de gran belleza visual, me cautivó y me compré el libro. Al año siguiente destinaron a mi padre a otra ciudad igual de aburrida, pero lo que me salvó fue que en el instituto había una profesora de latín, una mujer excéntrica, que cuando supo de mi interés por aprender griego se ofreció a darme clases a la hora del almuerzo. Se llamaba Alice Cowan y le debo mi carrera y mi felicidad”.
En 1992, a los 42 años, publicó en una editorial independiente su primer libro de poesía Short Talks. Le siguieron tres años después otros dos títulos en los que según la crítica "desdibuja la distancia entre narración, poesía y ensayo: Plainwater y Glass, Irony and God."
En 2001 publicó uno de sus libros más conocidos, La belleza del marido, obra -según la crítica- cuyo desarrollo oblicuamente narrativo guarda cierta relación con Autobiografía de rojo.
Está considerada por la crítica literaria como la poeta viva más importante de las letras anglosajonas. Es una de las candidatas habituales al premio Nobel de literatura.
No ha concedido muchas entrevistas a lo largo de su carrera, así que muchas cuestiones relacionados con su trabajo no se conocen. En las pocas que ha concedido dijo: "Si supiera qué es la poesía no tendría necesidad de escribir. Es algo que busco a tientas en la oscuridad", y también que "escribes sobre lo que quieres escribir de la manera que tengas que hacerlo".
En 2020 recibió el Premio princesa de Asturias, aquí os dejo su breve discurso de agradecimiento.
Por otra parte, con motivo de este galardón la propia Anne Carson recitó algunos de sus poemas, podéis verlo en el siguiente video. Si no os interesa la presentación podéis ir directamente al minuto 7:30.
Podrías 1
Si no eres la persona libre que quieres ser, busca un lugar donde puedas contar la verdad sobre ello. Contar cómo te va con todo. La franqueza es como una madeja que se produce a diario en el vientre, tiene que desenrollarse en algún lado. Podrías susurrar de cara a un pozo. Podrías escribir una carta y mantenerla guardada en la gaveta. Podrías escribir una maldición en una cinta de plomo y enterrarla para que nadie la lea por mil años. No se trata de encontrar un lector, se trata de contar. Piensa en una persona de pie, sola en un cuarto. La casa está en silencio. La persona lee un pedazo de papel. No existe nada más. Todas sus venas se pasan al papel. Toma la pluma y escribe en él unos signos que nadie más va a ver, le confiere así como una plusvalía,
y todo lo remata con un gesto
tan privado y preciso como su propio nombre.
Ella
Vive sola en un brezal al norte.
Ella vive sola.
La primavera se abre como una cuchilla allí.
Yo viajo en trenes todo el día y llevo muchos libros –
unos para mi madre, algunos para mí
que incluyen Las obras completas de Emily Brontë.
Es mi autora favorita.
También mi principal temor, al que trato de enfrentarme.
Cada vez que visito a mi madre
siento que me convierto en Emily Brontë,
mi vida solitaria a mi alrededor como un páramo,
mi torpe cuerpo recortándose sobre los barrizales con una apariencia de transformación
que muere cuando atravieso la puerta de la cocina.
¿Qué cuerpo es ese, Emily, que nosotras necesitamos?
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