La novela narra la batalla de Trafalgar, uno de los enfrentamientos navales más famosos de todos los tiempos. El combate se produjo el 21 de Octubre de 1.805, y enfrentó a los ingleses con una alianza franco-española que les superaba en navíos y tripulación. En el encuentro se terminó imponiendo la armada británica que, a diferencia de los españoles, contaba con marineros profesionales, y a diferencia de los franceses, contaba con oficiales capaces.
Para romper la línea de la escuadra franco-española el almirante británico Nelson optó por separarla en dos, atacando el centro de la formación. Los navíos de la alianza tuvieron dificultades para maniobrar por el viento desfavorable y eso hizo que muchos barcos no acudieran a tiempo al combate, o se vieran superados en número por la técnica envolvente que ejecutaron los ingleses una vez dividido en dos el contigente aliado .
No obstante, el escritor no profundiza en Nelson o los ingleses más de lo necesario. Pérez Reverte está más interesado en narrar la situación política de la época, con un incompetente Carlos IV que delega su gobierno a Godoy. El afrancesado valido del monarca rinde pleitesía a Napoleón e intima con María Luisa de Parma, mujer del rey y antes de que se casaran prima.
También se dan muchos detalles de la situación social de la época, con la descripción de las dificultades que tenían las viudas de los marinos para cobrar las pensiones, los retrasos de las pagas de los militares y el reclutamiento forzoso que hicieron en Cadiz para llenar las tripulaciones de los navíos españoles.
De todas maneras el núcleo de la novela es la descripción de la batalla, para lo que el narrador emplea el ficticio navío español "Antilla" como elemento central de la narración. Entre los personajes de su tripulación destacan el comandante Carlos de la Rocha, el guardamarina Ginés Falcó y el marinero Nicolás Marrajo Sánchez.
A pesar de que el barco y la tripulación anteriormente citados son ficticios las acciones militares, el armamento y los entresijos de la batalla están muy bien documentados.
Una lectura agradable si te gusta la historia, eso sí a veces se hace un poco difícil seguir la acción pues el autor emplea muchos términos de la marina que al lector medio le van a resultar ajenos. Para facilitar la compresión a comienzo del libro hay algunos dibujos que ilustran los diferentes elementos de los que consta un barco.
No se si será cierta la anécdota de que Reverte fue a descubrir una placa conmemorativa de la batalla y en la lista de barcos participantes se encontraba por error el Antilla. Creo haberlo leído en El Semanal de El Correo en la sección de Reverte Patente de corso.
ResponderEliminarDe ser cierta es una anécdota muy graciosa.
EliminarMuchas gracias por comentar.