La Primera Guerra Mundial es la gran olvidada de los conflictos bélicos contemporáneos. Parece como si la Segunda hubiera ocultado el drama y la barbarie de la Primera al multiplicar el número de fallecidos.
Esta novela gráfica viene a poner fin a este problema y sirve para ilustrar el horror. La historia está dividida en capítulos que narran lo que acontenció en cada año del conflicto. De esta manera el lector puede visualizar la evolución de la contienda.
El guión del cómic está muy bien documentado, pero en mi opinión hace demasiado hincapié en el horror de la guerra. Casi no hay viñeta en la que no se hable de la desgracia bélica. Los tonos grises y rojos también ayudan a ofrecernos esa sensación constante de pesimismo y tristeza.
Tampoco me gusta especialmente que todo esté narrado desde el punto de vista francés, creo que diferentes puntos de vista hubieran dotado al cómic de mayor riqueza.
No obstante es una buena lectura, y el dossier que aparece en las últimas páginas es francamente bueno, con un montón de imágenes didácticas, crudas e ilustrativas.
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