17 de noviembre de 2021

Mis poetisas favoritas: Gioconda Belli

Lo que no sé es cómo he tardado tanto en publicar algo aquí sobre Gioconda Belli. Estoy llenando esto con muchas autoras anglosajonas y ya va siendo hora de dar un poco de más valor a la poesía escrita en lengua castellana. No os preocupéis que con el tiempo iré publicando a más autoras hispanohablantes. Sí, sí, hispanohablantes, que al leer al nombre de la autora más de un lector seguro que se ha pensado sin conocerla que Gioconda era italiana, no lo es. 

Gioconda es una autora nicaraguense nacida en Managua en 1948. Creo que en su país es junto con Ernesto Cardenal la poeta más popular. Su poesía se caracteriza por hablar sobre el cuerpo y la sexualidad femenina. Un tema que no es nuevo y que han tratado muchas autoras antes, como por ejemplo Anne Sexton, quien espero que dentro de poco tenga cabida en este espacio. Sin embargo ella escribe de una manera tan singular que no creo que se pueda comparar su poesía a nada que haya leído antes.

Por lo que sé en su momento estuvo muy involucrada en la política de su país, pero desde hace décadas parece que se hizo a un lado. Todos sabemos en Nicaragua la situación es muy cambiante e inestable siempre y supongo que eso, junto el verse amenazada, le hizo irse a vivir al extranjero. Aquí os dejo un par de poemas que espero que os enciendan la llama de la curiosidad y leáis, como he hecho yo, alguno de sus trabajos. Si buscáis una novela suya os recomiendo "El País de las Mujeres" una historia que transcurre en Faguas, país imaginario que aparece en las novelas de Gioconda Belli ha triunfado el PIE (Partido de la Izquierda Erótica), es muy interesante.

Como gata boca arriba

Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)

Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.

No me voy, no quiero irme, dejarte,
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,
brincando sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa,
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de noche, de madrugada,
en el baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el periódico.

Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona,
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero.

 

Abandonados

Tocamos la noche con las manos
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja negra.

Nos hemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
en los días que se dejan pasar y se vuelven a repetir,
intrascendentes,
sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.

Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
el hueco de un sacabocados en el pecho,
el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.

¿Cómo volver a recapturar el tiempo?

¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?

Pero… quién sabe si podremos recapturar el momento
que perdimos.

Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle
donde
alguna vez
pudimos
encontrarnos.

Gioconda Belli: un país, una obsesión, un poema - Casa Amèrica Catalunya

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario