He pensado que podía publicar una entrada de "Mis poetisas favoritas" hoy, a pesar de no ser miércoles. La razón es simple; me apetecía escribir sobre un par de mujeres ucranianas cuya obra había leído hace ya algún tiempo.
Confieso que recordaba más la poesía de Julia, quizás porque ella tiene un estilo con cierto parecido a otras artistas latinoaméricanas. En cualquier caso también habia leído algún poema suelto de Iryna, aunque en estos dos últimos días, entre la lectura y la escucha de las nefastas noticias provenientes del conflicto bélico, he aprovechado para leer alguna cosa más.
Aunque la poesía no pueda traernos paz en un conflicto bélico como el de Ucrania, puede hacernos sentir mejor. Espero que estos poemas os gusten.
Julia Prilutzki
Julia Prilutzki nació en Kiev, pero desarrolló toda su obra en Argentina, donde vivió gran parte de su vida. Su obra más famosa se publicó en 1972 y se tituló "Antología del amor", este volumen contenía seis libros editados entre 1939 y 1967.
Como algunos de estos poemas se incorporaron a una telenovela titulada "Pablo en nuestra piel" el libro se vendió muchísimo. No obstante, era ya era una autora con unas ventanas más que aceptables, tratandose de poesía claro. Julia también se dedicó al periodismo y colaboró con diferentes publicaciones.
Cómo decir pronto
Cómo decir de pronto:
tómame entre las manos,
no me dejes caer. Te necesito:
Acepta este milagro.
Tenemos que aprender a no asombrarnos
de habernos encontrado,
de que la vida pueda estar de pronto
en el silencio o la mirada.
Tenemos que aprender a ser felices,
a no extrañarnos
de tener algo nuestro.
Tenemos que aprender a no temernos
y a no asustarnos
y a estar seguros.
Y a no causarnos daño.
La ciudad
Gimiendo, los pájaros se dirigen al sur,
No saben para que están aquí.
Sumida en ruido y mugre,
La ciudad está atiborrada, harta y cansada…
La vida, como en una columna de periódico,
Sólo viene en tres colores: negro, blanco, y gris…
Todo lo que ves es senderos, caminos y autopistas de asfalto,
Pero lo único que necesitas es sólo un pequeño sueño, un ensueño.
Asfixiándose en polvo, la ciudad trata de atrapar una bocanada de aire fresco
Y agujerea el cielo con sus tejados puntiagudos.
Un amargo, astringente aroma de ajenjo se extiende por doquier.
Me agota. Me aburre. Me hace querer respirar.
El cielo
Dondequiera que vayas,
el cielo estará contigo.
Dondequiera que te ocultes,
será tu último escondite.
Pase lo que pase,
el cielo estará contigo.
Puedes dejar la orilla y
tomar el camino del mar.
Puedes dejar el mar y
volar por las grandes alturas,
el cielo estará contigo.
Así que entre todos los mapas
estudia el mapa del cielo,
sus tamborileos que respiran,
los movimientos de su diafragma–
ardiente y redondo.
Toma al cielo de la mano.
Estás en su correa
hecha de invisibles impulsos.
Es tu último techo con
bombillas de luz eterna en él.
Toma al cielo de la mano
y nunca te abandonará.
Él dicta el tiempo y
lo divide en día y noche.
Dicen, hay un paraíso arriba en el cielo,
pero ese no es el punto.
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