De camino al torneo de Moscú de 1925 Capablanca pasó por Varsovia. Allí le dedicó un libro al maestro Dawid Pzepiórka, que lamentablemente murió asesinado por los nazis en 1940. Poco antes Dawid le había prestado ese mismo libro a otro jugador judío polaco. Este hombre también fue hecho prisionero, pero un soldado nazi aficionado al ajedrez hojéo el libro y se percató de que tenía el autógrafo del genio cubano. Este hecho le permitió escapar.
Esta anécdota la podéis encontrar en el libro The Genius and the Misery of Chess de Zhivkov Kamkajozov, fue publicado por Moongose Press en 2008.
Capablanca en Bilbao durante su visita a "El sitio".
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